lunes, marzo 19, 2012

Al día siguiente

Lo que había que hacer
Sigo convencido de que hicimos lo que pensamos correcto. Buscamos un cambio, impulsados por las evidencias que nos habían estado vedadas. Y repetimos siempre que esto no es personal. En mi caso, ahora no formo parte de la Directiva de la Federación Venezolana de Voleibol. Lo asumí, y doy por cerrado ese ciclo. Creo que en el espíritu de todos estaba revolucionar el voleibol. No se dio por la vía que debía ser.
El día sábado 17, en la Asamblea que contó con 23 de las 24 Asociaciones inscritas en la FVV (Falcón no asistió), y tras largos debates, se decidió ratificar las personas del Presidente y el Vicepresidente, añadiendo tres nombres más (Secretario General, Tesorero y Primer Vocal Principal) para completar una Junta Directiva mínima y seguir adelante con este período.
Desde nuestro punto de vista, hubo varias irregularidades en esa Asamblea, desde la presencia de un delegado que ya no está en su asociación (caso Amazonas) como la del Presidente del Comité Olímpico y la Asesora Legal de la Presidenta, personas ajenas al seno de la asamblea, que intervinieron extensamente. Así mismo hubo fallas en el proceso, pero como fuere, se llevó adelante una votación en la que los delegados de Amazonas, Aragua, Anzoátegui, Apure, Bolívar, Delta Amacuro, Distrito Capital, Guárico, Lara, Mérida, Miranda, Nueva Esparta, Portuguesa, Trujillo y Yaracuy respaldaron la tesis de la sustitución, cosa que no debía aplicarse. En tanto los representantes de Barinas, Carabobo, Cojedes, Monagas, Sucre, Táchira, Vargas y Zulia consideraron que debían cumplirse los estatutos en su rigor y nombrar la Comisión Interventora que está prevista en los reglamentos de la FVV.
Como quiera que sea, durante esa asamblea (a la cual no nos dejaron asistir por haber renunciado) se manejaron varios argumentos tendenciosos. Entre ellos la posible exclusión por parte del Comité Olímpico Venezolano de los equipos nacionales en los clasificatorios olímpicos. Esto implicaría una posición poco institucional por parte del COV. Igualmente se enseñaron facturas y recibos por dineros que la FVV habría dado a los renunciantes. ¡Vaya, qué buen trabajo! En mi caso particular, se mostraron facturas de reintegros que se me hicieron desde el año 2003 (incluso pagos que hice de medicinas para los atletas en campeonatos, por ejemplo, que yo cancelé y luego la FVV de manera correcta me devolvió). Recibos de los taxis que se me pagaron al aeropuerto cuando fui a Congresos, y pagos por mis viáticos en función dirigencial (que recibíamos todos los directivos, incluyendo la presidenta, por nuestras responsabilidades en campeonatos y actividades federativas). Un dossier amplio de recibos, cheques fotocopiados, facturas, correos-e, todo ello recopilado en una semana… Es un impresionante trabajo eficiente de la misma administración que no ha podido terminar de rendir cuentas ante el Ministerio y el IND de 2009, 2010, 2011 y que le fueron cuestionadas las de 2007 y 2008. Si ese trabajo detectivesco usado para tratar de desprestigiar a los renunciantes (y ahí en esos papeles no hay UN solo elemento irregular o ilegal) se hubiera aplicado para cumplir ante el Estado venezolano, hoy nosotros no hubiéramos renunciado. Es evidente que hay algo allí que no cuadra. Tenemos las pruebas, como ya saben.
Expreso esto en mi nombre para dejar finiquitado este asunto de mi parte, por ahora. Los hechos seguirán su curso y el destino puede que nos tenga deparado otros caminos. Mientras tanto estoy tranquilo con mi posición, y sé que es el sentimiento de mis otros 6 compañeros. Sólo el tiempo dirá.

lunes, marzo 12, 2012

Sobre mi renuncia a la directiva de la FVV

¿Porque ahora y no antes?
Es la pregunta que seguramente muchos de aquellos ligados al Voleibol Venezolano se están haciendo después del 9 de Marzo. Ese día, siete de los nueve miembros de la Junta Directiva de la federación Venezolana de Voleibol renunciamos a continuar bajo la Presidencia de la Sra. Judith Rodríguez de Altunaga. No fue una decisión fácil, pero sí fue colectiva, consensuada, argumentada y muy bien pensada. Ya es del dominio público las razones expuestas, pero quiero, a título personal, exponer mi situación tras once años en esta directiva.
Ingresé en 1995 a la FVV, como vocal de la Junta Directiva, de la mano del finado presidente Ricardo Acosta, por mi trabajo en la Liga de Voleibol que entre 1992 y 1994 existió en Venezuela, que bastante duro fue llevar a cabo. En 1997 fui elegido como Secretario General, junto con Acosta naturalmente, y a su fallecimiento en 2001 me mantuve junto a la institucionalidad de la FVV;  apoyé a la Sra. Judith Rodríguez, quien en elecciones absolutamente válidas y regulares ganó la presidencia para el período 2001-2005. Fueron años muy difíciles, con mucha resistencia y oposición, pero gracias al trabajo consensuado y a los resultados obtenidos, pudimos demostrar que sí podíamos llevar adelante la FVV. Ganamos también la elección del 2005, para el período 2005-2009. Tampoco fue fácil, pero esta vez había una obra qué mostrar.
Durante todos estos años, la Junta Directiva, aunque fuese un bloque institucional, en su interior tenía diferencias, cosa normal, natural y sana, puesto que de esas discusiones es que deben salir las mejores decisiones.  Y yo siempre he estado consciente que algunas de estas no eran amables o agradables, pero en conjunto sabíamos que debíamos tomarlas aún a costa de enemistades o críticas severas. Hay que estar adentro para conocer las presiones, los vericuetos y los riesgos que se corren en la dirigencia deportiva. Es muy fácil hablar y cuestionar desde afuera, cuando no se conoce la problemática que hay que enfrentar. Con todo, es una responsabilidad muy estimulante, y ante todo priva el interés colectivo. Por esto, con todo lo que se pudiera decir en ese entonces, respaldé a Judith Rodríguez.
Debo reconocer, por otro lado (no es secreto para nadie), que la personalidad de la presidenta es muy difícil, autoritaria y frontal, lo cual para ciertas situaciones es muy útil, pero en otros casos no ayuda a gerenciar con sindéresis. De esto he estado siempre conteste, y aunque en algunas circunstancias no estuve de acuerdo con sus posiciones, siempre pensé a favor del colectivo, por lo que me sumé a la Junta Directiva en apoyar sus decisiones.
En 2008 se logró la clasificación a los Juegos Olímpicos de nuestras dos selecciones de mayores de cancha, lo cual era una demostración de que no lo estábamos haciendo tal mal, después de todo.
En 2009 se eligió una nueva Junta, que debería durar hasta 2013, en la que se incorporaron personas nuevas, para renovar la dirigencia. Debo admitir, sin embargo, que esta renovación no hizo que cambiaran mucho las cosas. Peor aún, se acrecentó el predominio de la presidenta, dado que estos nuevos integrantes eran la mayoría del interior de país, y no nos reuníamos con la frecuencia que debía ser.
Durante ese período hubo también muchas situaciones conflictivas, sobre todo con el tema de los entrenadores y las selecciones nacionales. En muchos casos las resoluciones no eran nada fáciles ni agradables, pero en su momento se estimaron como las únicas posibles. Debo reconocer que hemos podido estar equivocados, pero todo lo que se hizo fue en función de preservar la institucionalidad.
En 2011 por fin se pudo concretar la Liga Nacional de Voleibol masculina, un anhelo desde 2004, año en que dirigí la primera Liga llevada a cabo por la Federación de Voleibol apoyada en ese entonces por el IND y el Prof. Eduardo Álvarez. Esta versión del año pasado fue todo un éxito, a pesar de las dificultades, pero reconozco que la FVV poco tuvo que ver en su organización, a pesar de que algunos de los directivos (yo entre ellos) sí se involucraron.
Esto me lleva entonces a explicar porque ahora, en 2012, he tomado esta decisión de alejarme de la gestión de la presidenta. Desde hace ya algunos años, la FVV ha tenido problemas administrativos. Los recursos no alcanzan, las asignaciones no son suficientes y el déficit se ha ido acumulando. No puedo hablar de cifras puesto que no he sido Tesorero, y admito que sobre ese tema se hablaba sin mayores detalles: nunca hay dinero, eso era lo que se sabía. Pero indudablemente había que justificar la plata otorgada por el estado, y eso que se hizo siempre, en los últimos años, se había complicado, por diversos motivos.
Ya para 2010 había deficiencias en las rendiciones de cuentas, pero la FVV también hizo sus cuestionamientos de forma (y mismo firme una comunicación señalando esas fallas) ante el Ministerio del Poder Popular para el Deporte. No obstante, sin duda había ciertas incongruencias que debilitaban la posición de la Federación.
Hasta hace un año los federativos pensábamos que esos problemas se habían resuelto, pero en los últimos meses supimos que el Ministerio no había convalidado varias de esas rendiciones, y que en muchos casos las faltas administrativas eran severas. Veníamos oyendo de un tiempo a esta parte que cabía la posibilidad incluso de una intervención por parte del mismo Ministerio, lo cual acarrearía sanciones a toda la directiva.
Pues bien, la JD tuvo acceso recién a estas cuentas, y en efecto, hay fallas en todas esas rendiciones, lo cual significa un compromiso que nosotros, los 7 que renunciamos, ni adquirimos ni avalamos, puesto que quienes fueron los cuentadantes en todos esos casos son la presidenta Judith Rodríguez y el vicepresidente Nelson Dellimore, quien fue tesorero de la FVV en el período anterior. En más de una ocasión la presidenta desdeñó las advertencias que esto podría traer, por lo que llegó un momento en que la situación se hizo insostenible. Eso aunado a la suma de diferencias que se han presentado en el manejo gerencial de la FVV en los últimos tiempos, nos lleva a renunciar. En mi caso particular, tengo muchos años en la dirigencia deportiva y en la docencia universitaria, donde tengo una carrera reconocida, y no estoy dispuesto a complicar mi reputación con una administración que no pasó por mis manos.
Quiero aclarar que en ningún momento estoy haciendo acusación alguna, no sé si ha habido malos manejos o errores humanos. Lo que me consta es que aun hay cuentas pendientes, de las que no tenía conocimiento, y de las que no soy solidario. Igualmente expreso con esta renuncia mi deseo de cambio, de buscar una gerencia diferente en la FVV, que se adapte a las condiciones actuales de nuestro voleibol.
Repito que no tengo nada personal en contra de nadie, y que asumo los errores que en el pasado pueda haber cometido. Si se hicieron cosas malas, también se hicieron muchas buenas, y soy partícipe en ambos casos. ¿Porqué este momento y no antes o después? Sólo Dios sabe. Las circunstancias se dieron así. Además con esto no hacemos daño al voleibol, puesto que no se detienen los torneos, los entrenamientos, los clasificatorios, la Liga… Nada. Es sólo cuestión de días para resolver esto y que el deporte siga adelante. Si está en la voluntad de los que deciden, me sumaré al proyecto de mejorar nuestro voleibol. Por ahora, me siento satisfecho con los logros obtenidos, con mi labor dirigencial y con los años trabajados en esta directiva. Esta actitud de dar un paso al costado puede que sea mal vista por algunos, pero me deja tranquilo y en paz con mi conciencia. El tiempo dirá.